
Porque hay vida (y mucha ciencia) después del tequila, mezcal y pulque.
Llegué al Foro en Tepatitlán en las Instalaciones de CUAltos, pensando que sabía suficiente sobre el agave: tequila, mezcal y una que otra leyenda. Pero salí con algo más valioso: una perspectiva completamente nueva sobre una planta que creíamos entender bien.
El 1er Foro del Consejo Interinstitucional para la Reindustrialización del Agave (CIRA) cambió el discurso habitual del agave. Allí, científicos, empresarios y autoridades mostraron cómo algo tan mexicano como esta planta puede ser clave no solo en nuestras celebraciones, sino en nuestra economía, salud y sustentabilidad.

Agavinas: la ciencia detrás del futuro
El foro arrancó fuerte. La Dra. Mercedes Guadalupe López Pérez, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), nos presentó con firmeza científica más de 20 años de investigación sobre las agavinas, esos azúcares complejos que, aunque no se digieren, son un excelente alimento para nuestra microbiota.
Con datos sólidos explicó cómo las agavinas podrían ser una solución natural para combatir problemas serios como obesidad, diabetes y osteoporosis. Lo curioso es que mientras México sigue enfocándose solo en bebidas espirituosas, otros países ya exploran seriamente este tesoro bioactivo.
La Dra. Alicia Huazano García, investigadora especializada en Biotecnología de Plantas del Cinvestav Unidad Irapuato, complementó este enfoque con una visión integral sobre cómo aprovechar al agave para construir una bioeconomía nacional sólida, competitiva y sostenible.
Más allá del tequila: valor estratégico y visión global
La intervención del Dr. Juan T. Frías, investigador jubilado de la Universidad de Guanajuato, fue una llamada de atención a la realidad global. Explicó con lucidez cómo el mundo valora cada vez más los ingredientes naturales, trazables y funcionales. Su mensaje, con un toque de ironía, resonó fuerte: mientras nosotros festejamos con tequila, otros avanzan en investigación, desarrollo e innovación con nuestros recursos naturales.
La frase del día fue clara: “La sostenibilidad no solo se mide en carbono, también en la capacidad real de generar impacto social a través de ciencia y conocimiento local”.
Conversaciones que importan: industria, campo y política
El foro no quedó en discursos aislados. Se llevaron a cabo tres mesas que concretaron ideas sobre:
- “Oro Turquesa”: Proponiendo una estrategia nacional para industrializar el agave mediante biotecnología.
- “De la tierra al mercado”: Donde grandes empresas como Diageo y Brown–Forman confirmaron que el mercado global busca ingredientes sostenibles y funcionales.
- “De tradición a revolución”: Analizando cómo el agave podría ser un eje clave para la salud pública nacional y políticas de nutrición.

De la teoría a la práctica: aterrizando las ideas
Luego del diálogo vino la acción en tres mesas de articulación tecnológica, con enfoques muy claros:
- Innovación en salud y nutrición humana a partir del agave.
- Agave en la bioeconomía y bioquímica industrial.
- El agave como pilar de la seguridad alimentaria pecuaria.
Estas mesas no solo generaron ideas, generaron planes concretos de acción que pueden transformar el panorama económico y social del país.
El futuro ya llegó, y está en una penca de agave
El foro fue mucho más que un evento académico: fue una declaración contundente. El agave ya no es solo para brindar; es para pensar, innovar y transformar.
La pregunta que nos queda es clara: ¿vamos a seguir solo brindando con agave, o vamos a empezar a construir futuro con él?
Muchas gracias a Noé A. Ayala , Victor Hugo Nieto Ramirez, al equipo de EGAVE, a la Red que se ha tejido de las Agavaceas en todo el país. Coincidimos muchas personas que nos gustaría que esta industria creciera. Así que: Salud con bebida espirituosa y Salud para todos con agavinas.