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Cuando el campo se enfrenta al reloj: La reducción de la jornada laboral a 40 horas ya es ley.

¿Está el agro preparado para obedecer al tiempo?

Por Tonatiuh Quiñones

En el campo, las plantas no piden permiso.

No descansan los domingos ni esperan a que el Congreso debata.

Crecen cuando les toca. Punto.

Por eso, cuando la reforma laboral que reduce la jornada semanal de 48 a 40 horas comenzó su aplicación escalonada, muchos en el sector agrícola levantaron la ceja. Algunos en señal de sorpresa. Otros, en señal de alarma.

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Una ley generalizada, que no se adapta mucho al campo

La reforma —celebrada en muchos sectores urbanos como un avance en la calidad de vida laboral— plantea una duda existencial para el agro: ¿cómo conciliar el reloj legal con los ciclos naturales y la lógica productiva del campo?

La pregunta no es caprichosa. El campo mexicano funciona con estacionalidades, con temporalidades extremas, con ventanas de oportunidad que se miden en días (a veces en horas). Es un sistema que no se detiene y que, como bien dijo Ricardo Morales, director de Agroder, “no se puede gobernar igual que una oficina; el campo no tiene horario de salida.”

Ricardo Morales lleva años asesorando a productores y empresas de la cadena agroalimentaria. En su opinión, esta reforma no solo pone presión sobre los costos laborales —que aumentarán inevitablemente—, sino que también exige un rediseño de la lógica operativa en un sector que ya viene arrastrando rezagos en formalización y tecnología.

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RIcardo Morales de Agroder

El riesgo invisible: informalidad

No se trata de oponerse a una jornada más justa. Se trata de no cerrar los ojos ante el efecto dominó que puede tener una buena intención mal implementada.

“Si no se crean condiciones reales para que el agro cumpla con esta reforma, lo que veremos es un aumento en la informalidad laboral”, advierte Ricardo Morales. Y eso, en un sector donde casi el 70% del empleo ya es informal, sería desastroso.

Tecnología sí, pero con estrategia

Frente a este escenario, la tecnología aparece como tabla de salvación… pero no basta con digitalizar planillas o instalar sensores.

Maya Dadoo, CEO de Worky, una plataforma especializada en gestión de talento y recursos humanos, fue clara durante su participación en el episodio de Agronauta: “la reforma no es solo un cambio de horario, es una oportunidad para que las empresas se modernicen en su relación con el trabajador.”

Maya Dadoo explica que las herramientas tecnológicas pueden ayudar a planear turnos, a distribuir cargas laborales con precisión y a detectar puntos críticos de rotación o fuga de talento. Pero también hizo énfasis en algo que suele olvidarse: “La tecnología sin cultura laboral es solo una hoja de cálculo bonita.”

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Entrevista con Maya Dadoo de Worky

¿Y ahora qué?

En el episodio completo hablamos también sobre productividad, incentivos, derechos laborales, y sobre esa incómoda verdad: no hay reforma laboral posible sin escuchar al campo.

La reducción de 48 a 40 horas no es, por sí sola, una amenaza. Puede ser una palanca de cambio.

Pero solo si se diseña con diálogo, se ejecuta con datos y se respeta la complejidad del agro.

🎧 Escucha el episodio completo en www.agronauta.io

Con la participación de:

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